Los “cojobres” de Caamaño

Teófilo Quico Tabar

Próximo a conmemorarse el 24 de abril uno de los acontecimientos más importantes de nuestra historia, me permito reproducir nueva vez esta pequeña pero significativa nota sobre Caamaño a todos los jóvenes civiles y militares.
En la mañana del 16 de junio de 1965, después de los fuertes ataques realizados por las fuerzas interventoras durante los días 14 y 15, Caamaño junto a un grupo de cercanos colaboradores militares, entre los que recuerdo a Montes Arache, Dante Canela, Gerardo Marte, Claudio y César Caamaño y otros más, realizó un recorrido por la ciudad, dándole aliento a todos los que habían combatido o soportado los despiadados bombardeos de los días anteriores.

En su recorrido por la ciudad se detenían en diferentes puntos donde conversaba con los combatientes y moradores que se aglomeraban para saludarlo. Pero hizo una parada en la calles Arzobispo Portes esquina El Número de Ciudad Nueva, frente a mi casa y cerca de donde vivían Fellita, Daisy, Cuqui, Don César, Barin Caamaño. Ahí se produjo el hecho que narro, que ojalá pudieran leerlo quienes forman las nuevas generaciones.

Una persona conocida le preguntó al coronel Caamaño¿Francis, después de los bombardeos que realizaron las tropas invasoras anteayer y ayer, que dirá sobre eso Mayobre? Refiriéndose a José Antonio Mayobre, enviado especial que mediaba una salida al conflicto bélico en que estaba envuelto el país producto del levantamiento cívico militar demandando el retorno a la constitucionalidad, a consecuencia del golpe militar contra el gobierno del Prof. Juan Bosch en 1963.

Caamaño, ante tal pregunta y mirando a todos los que estábamos presentes, entre ellos Henry Acosta, con su fusil en una mano y poniendo la otra sobre mi hombro, respondió: – “Oigan todos, ya esto no es cuestión de Mayobre, esto es asunto de “cojobre”. Con el valor que han demostrado los militares, los combatientes constitucionalistas y todo el pueblo dominicano, nadie podrá derrotarnos”.

Lamentablemente muchas personas sin conocer la historia han hablado y escrito cosas, solo repitiendo lo que les dijeron o inventaron. Pero estoy seguro de que si hubiesen conocido muchos acontecimientos como éstos, hubiesen callado.

No importa si algunos comparten o no los ideales del Caamaño jefe constitucionalista o del que vino posteriormente al país en una acción denominada guerrillera. El, como ser humano, con criterio y decisión propia, tenía el derecho de escoger el camino que entendía conveniente; pero nadie, absolutamente nadie, por grandes que puedan ser las diferencias con sus ideales, podrá jamás borrar de la historia dominicana el nombre del Coronel Caamaño junto a otras grandes figuras, como nacionalistas y patriotas que defendieron con honor, valentía y dignidad el respeto a la constitucionalidad y la soberanía nacional.

Es por tales razones que desde cualquier óptica que se quiera ver o analizar lo que ocurrió aquí en abril del año 1965, sin importar tendencias políticas, sobre todo cuando las ideologías y las doctrinas se han dejado en el olvido, que debemos resaltar acontecimientos que deben llenar de orgullo a cualquier dominicano. La epopeya de abril del 65 dejo huellas en nuestra historia que nada ni nadie podrán borrar.

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