Menos promesas y más acción, piden en vísperas de las conversaciones climáticas de la ONU en Brasil

BELÉM, Brasil, 4 NOV.  — Durante 30 años, líderes mundiales y diplomáticos se han reunido en sesiones de negociación de las Naciones Unidas para tratar de frenar el cambio climático, pero la temperatura de la Tierra sigue aumentando y el clima extremo empeora.

Este mes, esperan menos promesas y más acción.

Las promesas anteriores de casi 200 naciones han quedado muy cortas y los nuevos planes presentados este año apenas aceleran los esfuerzos para combatir la contaminación, dicen los expertos. Y si las cifras no son lo suficientemente desalentadoras para los líderes mundiales cuando inicien la acción el jueves, está el escenario: Belém, una ciudad relativamente pobre en los márgenes de una debilitada Amazonía.

A diferencia de las negociaciones climáticas anteriores —y especialmente la de hace diez años, que forjó el histórico acuerdo climático de París— el objetivo principal de esta conferencia anual de la ONU no es producir un gran acuerdo o declaración durante sus dos semanas. Los organizadores y analistas enmarcan esta Conferencia de las Partes —conocida menos formalmente como COP30— como la “COP de implementación”.

“Esto realmente tendrá que ver mucho más con lo que hacemos en el terreno”, dijo la exjefa climática de la ONU, Christiana Figueres, quien ayudó a guiar el acuerdo de París de 2015 destinado a limitar el calentamiento global.

Figueres y muchos de los más de tres docenas de expertos entrevistados por The Associated Press dijeron que los negociadores ya han fijado el objetivo. Lo que se necesita ahora es más dinero y voluntad política para que los países conviertan décadas de palabras y promesas en acciones y políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y detener la deforestación. Solo eso frenará el calentamiento global, que se precipita hacia un nivel que el consenso mundial considera demasiado peligroso, afirman.

Adaptándose a un mundo más cálido y salvando bosques

En Belém, diplomáticos, activistas, científicos y líderes empresariales analizarán nuevos planes nacionales para combatir el cambio climático, la necesidad de salvar árboles que absorben la contaminación por carbono, la manera en que las comunidades pueden adaptarse al calentamiento y cómo ayudar financieramente a las naciones en desarrollo más afectadas por el cambio climático.

Brasil, como anfitrión, presidirá y establecerá la agenda. Para que las conversaciones tengan éxito, los líderes mundiales deben intensificar los esfuerzos y los fondos para adaptarse al cambio climático y financiar esfuerzos multimillonarios para prevenir la deforestación y la degradación de la tierra, dijo Suely Vaz, quien solía dirigir la agencia ambiental de Brasil.

Esos líderes llegan el jueves para una cumbre previa de dos días, en la que analizarán cómo intensificar la lucha contra el cambio climático.

“Celebrar la COP en la propia Amazonía crea un nuevo nivel de responsabilidad. No se puede hablar de soluciones climáticas pisando la tierra que absorbe el carbono del planeta e ignorar a las personas que la protegen”, dijo Eriel Tchekwie Deranger, miembro de la Primera Nación Athabasca Chipewyan en Alberta, Canadá, y directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Indigenous Climate Action.

Los principales contaminadores no asistirán a la cumbre previa

Es probable que esa reunión de alto nivel no cuente con los principales líderes de las naciones que más emiten carbono: China, Estados Unidos e India. Esos países aportan cerca del 52% del dióxido de carbono que atrapa el calor en todo el mundo debido a la quema de carbón, petróleo y gas natural.

China enviará a su viceprimer ministro. Estados Unidos está prácticamente ausente de esta conferencia en el régimen del presidente Donald Trump, un escéptico del cambio climático que ha iniciado el proceso de retirarse del acuerdo de París. Algunas ciudades y estados de Estados Unidos asisten para mostrar que ellos y las empresas se toman en serio el problema, dijo la exjefa de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Gina McCarthy, quien copreside un grupo llamado America Is All In.

El presidente de Palau, Surangel Whipps Jr., dijo que es importante que los líderes mundiales comprendan la amenaza para países como el suyo: “Sin el compromiso de Estados Unidos, de China, de India, realmente no tenemos esperanza”.

“Queremos ver acción… particularmente de los mayores contaminadores”, dijo Whipps. “Nuestras comunidades viven en la primera línea y no podemos permitirnos más promesas”.

Figueres espera, “debido a la locura en Estados Unidos, que haya un sentido más amplio de que este es el momento de unirnos”.

Pero el ministro de medio ambiente de Panamá, Juan Carlos Navarro, dijo a la AP que espera poco de las conversaciones. Señaló que tales reuniones se han convertido en “una orgía de burócratas que viajan por el mundo con una tremenda huella de carbono sin lograr nada”.

¿Prometer más reducción de la contaminación o centrarse en cumplir las promesas?

Ya existe una división sobre la naturaleza de esta reunión. Brasil enfatiza la implementación de planes anteriores, así como el contenido de los nuevos planes de reducción de emisiones presentados este año. Pero las naciones insulares más pequeñas, como Palau, y los científicos dicen que eso no es suficiente. Ello condena a la Tierra a tres grados Celsius (5,4 grados Fahrenheit) de calentamiento desde tiempos preindustriales, dijeron.

Palau y otras naciones insulares quieren que los negociadores pidan a los países que sean más ambiciosos en sus nuevos planes de reducción de contaminación por carbono.

Implementar “mediocridad”, dijo Adelle Thomas, jefa de adaptación del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, “no crea un futuro para las naciones vulnerables”.

Pero si las naciones hacen lo que ya han prometido en planes anteriores para combatir el cambio climático, podría reducir todo un grado Celsius —1,8 grados Fahrenheit— al calentamiento previsto, dijo Ani Dasgupta, director ejecutivo del Instituto de Recursos Mundiales. Los científicos estuvieron de acuerdo con el cálculo. Dasgupta dijo que los negociadores se han centrado demasiado tiempo en grandes compromisos y no en lograr resultados en la economía real que, afirma, es “la cosa más desordenada” que no llega a los titulares.

“Lo que necesitamos hacer ahora es cumplir con lo que hemos firmado”, dijo el científico Johan Rockstrom, director del Instituto de Investigación del Clima de Potsdam en Alemania.

¿Camino al desastre u optimismo?

“El desafío de hoy no es si eliminaremos gradualmente los combustibles fósiles. El desafío de hoy es si no llegaremos demasiado tarde”, dijo Rockstrom. “Nos dirigimos hacia un catastrófico aumento de 3 grados”.

Figueres, la exjefa climática de la ONU, coincidió en que las perspectivas son malas. Pero cofundó una organización llamada Global Optimism y dijo que está segura de que el mundo puede lograrlo.

“Mi optimismo no es ingenuo. Sé a lo que nos enfrentamos”, dijo. “Pero mi optimismo tiene que ver con la determinación. Tiene que ver con que enfrentamos una amenaza realmente, realmente, realmente desafiante aquí. Y no nos rendimos”. AP

Comentarios
Difundelo