Monotributo e informalidad

Antonio Ciriaco Cruz

La persistente informalidad es uno de los principales obstáculos que enfrenta la administración tributaria en el país para avanzar en la lucha contra la desigualdad en la distribución de los ingresos.

La informalidad tiene efectos negativos sobre el mercado de trabajo y sus actores, impone serios límites en los alcances de los sistemas de protección social y reduce el espacio fiscal para el financiamiento de las políticas públicas.

En América Latina y el Caribe, la informalidad significa para al menos 130 millones de personas vivir con inestabilidad laboral, bajos salarios, malas condiciones de trabajo, sin protección ni derechos.

Hay un vínculo evidente entre informalidad, pobreza y desigualdad. Desde hace poco tiempo, algunos países de la región empezaron a desarrollar regímenes simplificados de tributación para cuentapropistas y pequeñas empresas para conseguir su incorporación en los registros tributarios.

En un contexto así, es importante repensar el “régimen simplificado de tributación (RST)” que está vigente en el país por otro, como el “monotributo” que pudiera ser más amigable y generar certidumbre para los emprendedores y pequeños contribuyentes, motivando a otros “potenciales” a formalizarse.

El monotributo es un régimen para pequeños contribuyentes, que unificaría el pago de ITBIS, impuestos sobre los ingresos y los aportes a la seguridad social. De esta manera, se paga solamente una cuota mensual y agiliza el cumplimiento de las obligaciones tributarias.

El monto por abonar cada mes o las fechas establecidas dependerá de la categoría asignada en función de los parámetros establecidos para el pago anual. Estos pagos únicos generarían certeza al contribuyente y reduciría sustancialmente costos de transacción y contratación de expertos.

Países como Argentina, Brasil, Perú y Uruguay implementaron el monotributo con el propósito de avanzar en la formalización del trabajo, de igual manera con la intención de simplificar el proceso de impuestos a pequeños contribuyentes y de brindar beneficios que estimulen la carga impositiva de cada país.

Asumamos el reto para una posible próxima reforma fiscal, de revisar nuestro sistema tributario, simplificándolo, haciéndolo más amigable para emprendedores y pequeños contribuyentes.

El Día

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