Ralentización económica y de las expectativas
Ramón Núñez Ramírez
En vista de que la economía mostraba claros indicios de desaceleración, con un crecimiento acumulado a mayo de apenas 1.4%, y las autoridades disponían de proyecciones de que junio sería peor, como fue con un acumulado de 1.2%, menor en 4.4 puntos porcentuales a junio de 2022, las autoridades del BC decidieron cambiar la política monetaria de una restrictiva a una flexible (a julio el crecimiento fue de 1.4%)
La Tasa de Política Monetaria (TPM) se ha reducido de 8.5% a 7.75% y el 19 de julio BC anunció un desglose de los recursos inyectados a las Entidades de Intermediación Financieras ascendentes a RD$58.741 millones, de los cuales RD$28,723 millones se correspondían con el encaje legal y RD$30,018 de Facilidades de Liquidez Rápida.
Esta inyección de liquidez ha permitido que el crédito entre el primero de junio y el 22 de agosto haya aumentado en 6.5%. Sin embargo, a pesar de ese estímulo, con tasas activas no mayores 9%, llama la atención que la tasa activa promedio ponderada en mayo fue de 15.89%, como era de esperarse en junio se redujo a 12.41%, sin embargo, hasta agosto 24 el promedio aumentó a 14.28%. Ese aumento está conectado a las expectativas devaluatorias.
Los billetes emitidos, que representan el componente expansivo de la Base Monetaria, en el periodo de los estímulos se redujeron en RD$596.3 millones y los billetes y monedas en manos del público, componente del M1, se redujo en RD$1.329.5 millones.
¿Cómo se explica que frente a la inyección de recursos a la banca y el aumento del crédito estas variables se reduzcan?
Se explica por la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y el aumento de los depósitos a corto plazo (overnight). El BC para evitar presiones inflacionarias neutraliza los estímulos, aunque de paso reduce la liquidez de la economía.
En cuanto a la deuda del BC en julio sobrepasó el billón de pesos, pero entre el primero de junio y el 22 de agosto se redujo en RD$9,320.2 millones. Para el resto del año el BC tiene el reto de renovar vencimientos por un monto cercano a los RD$368 mil millones.
En cuanto a las RIN en el mismo lapso se han reducido en US$1,677.5 millones y el BC ha inyectado al mercado cambiario US$947 millones, lo cual no ha impedido la depreciación del peso, fenómeno obvio ante la reducción de la TPM mientras la Reserva Federal (FED) sigue aumentando su tasa de referencia; de seguro jugadores sofisticados están convirtiendo sus inversiones de pesos a dólares. Desde el primero de junio al 22 de agosto, el peso se ha devaluado en 3.9% y eso, aunque tiene raíces en la política monetaria, está siendo retroalimentado por las expectativas.
El BC está en una encrucijada pues quisiera usar su arsenal monetario para estimular la economía, pero está limitada por el riesgo de un rebote inflacionario y restringida a reducir la TPM por la política monetaria de la FED, y desde el punto de vista fiscal el gobierno debe ser muy cauto en aumentar el déficit para acelerar la economía en tiempo de campaña, porque los inversionistas extranjeros en bonos soberanos nos están observando y advierten un deterioro de las expectativas y esperan señales de un superávit primario importante o de lo contrario el costo del financiamiento y el refinanciamiento se podría elevar.
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