Reformas, productividad y consolidación del crecimiento

Juan Temístocles Montás

En su página web, el Banco Mundial en República Dominicana sostiene que: “Durante las dos últimas décadas, la República Dominicana ha sido una de las economías de más rápido crecimiento de la región. Esto se debió a una combinación de reformas estructurales orientadas al mercado a principios de la década de los 90 y condiciones externas favorables que apoyaron el crecimiento económico. Además, una política monetaria y fiscal prudente contribuyeron a la estabilidad macroeconómica”.

Sin embargo, el organismo afirma también que “los motores de ese excepcional crecimiento están llegando a su límite debido al bajo crecimiento de la productividad en los últimos años, un insuficiente capital humano para atender las necesidades del sector empresarial, la ocurrencia de desastres relacionados con el cambio climático y distorsiones en mercados claves, incluyendo la asignación poco eficiente de exenciones fiscales”.

Conviene que se le preste la mayor atención al señalamiento del Banco Mundial en cuanto al bajo crecimiento de la productividad.

Primeramente, es bueno hacernos de un buen entendimiento del significado de productividad; que, en economía se define como la capacidad de producir más bienes y servicios con los mismos recursos, o la misma cantidad de bienes y servicios con menos recursos. Este concepto es fundamental para entender el crecimiento económico y su sostenibilidad a largo plazo.

Existen varias formas de medir la productividad, cada una adecuada para diferentes contextos. Una primera medida se obtiene dividiendo el Producto Interno Bruto (PIB) por el número de horas trabajadas. Así obtenemos la cantidad de bienes y servicios producidos por hora de trabajo. Un aumento en esta medida indica una mayor eficiencia laboral.

Una segunda medida es la productividad por empleado, que consiste en dividir el PIB por el número total de empleados. Es un evaluación de la producción media por trabajador y se usa para comparar la productividad entre diferentes industrias o países.

Una tercera medida es la Productividad Total de los Factores (PTF), que mide la relación entre el PIB y la combinación ponderada de todos los insumos: trabajo, capital, etc. Evalúa la eficiencia con la que se utilizan todos los factores de producción (trabajo, capital, tecnología, etc.).

Sin mejoras en la productividad, el crecimiento económico puede estancarse, afectando negativamente a todos los aspectos de la economía. Asimismo, el crecimiento económico puede depender excesivamente de la expansión en la cantidad de trabajo o capital, lo que no siempre es sostenible a largo plazo.

De acuerdo con cálculos hechos a partir de la base de datos de la Penn World Table, versión 10.01, que elabora la Universidad de Groningen, la productividad laboral en República Dominicana, medida en función del PIB por hora trabajada creció en promedio 7.3% en la última década de los noventa, pero en la primera década del siglo XXI se redujo a 5.9%. La reducción se mantuvo en el periodo 2011-2019 cuando el promedio cayó al 5.1%.

Datos más recientes aportados por las estadísticas sobre productividad laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dan cuenta de que el crecimiento promedio de la productividad laboral entre 2020 y 2023 fue de 2.0%.

En el caso de la productividad por empleado, los resultados muestran un comportamiento a la baja por décadas y en los años comprendidos entre el 2020 y el 2023 (3.7% en la última década del siglo pasado, 2.7% en la primera década del presente siglo, 2.1% en los años comprendidos entre 2011 y 2019, y 2.0% entre 2020 y 2023).

En cuanto a la Productividad Total de los Factores, The Conference Board, organización dedicada a la investigación, da cuenta de que en el periodo 2000-2007 ese indicador creció negativamente 1.7%, en el periodo 2011-2019 el crecimiento de la PTF fue negativa en 0.1% y en los años comprendidos entre 2020 y 2023 fue negativo en 1.0%.

Los datos confirman el señalamiento del Banco Mundial en cuanto al bajo crecimiento de la productividad dominicana.

Así como, a principios de la década de los 90, las reformas estructurales contribuyeron a impulsar el crecimiento económico, el país necesita hoy de nuevas reformas estructurales que generen las condiciones para mejorar el crecimiento de la productividad. Ese es uno de los mayores desafíos.

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