Rusia arresta a 4 sospechosos de planear asesinatos de altos mandos por órdenes de Ucrania
MOSCÚ, 26 diciembre— La principal agencia de seguridad de Rusia anunció el jueves que ha arrestado a varios sospechosos acusados de participar en un supuesto complot ucraniano para asesinar a altos oficiales militares. El anuncio se dio tras el asesinato de un importante general ruso la semana pasada.
El Servicio Federal de Seguridad, un principal sucesor del KGB conocido por su acrónimo ruso FSB, declaró en un comunicado difundido por agencias de noticias rusas que había arrestado a cuatro rusos acusados de hacer preparativos para matar a altos funcionarios del Ministerio de Defensa.
El FSB indicó que los presuntos organizadores de los ataques planeaban matar a uno de los altos oficiales utilizando un coche bomba controlado a distancia. Añadió que otro alto oficial militar iba a ser asesinado mediante un dispositivo explosivo oculto en un sobre. La agencia no nombró a los oficiales militares que fueron el objetivo del supuesto complot.
El FSB publicó un video que muestra el arresto e interrogatorio de los sospechosos, quienes no fueron nombrados.
La declaración sigue a la muerte del teniente general Igor Kirillov, quien fue asesinado el 17 de diciembre por una bomba oculta en un scooter eléctrico estacionado fuera de su edificio de apartamentos cuando salía hacia su oficina. El asistente de Kirillov también murió en el atrevido ataque que fue reivindicado por Ucrania y llevó el conflicto una vez más a las calles de la capital rusa.
El FSB ha arrestado a un sospechoso, ciudadano de la nación centroasiática de Uzbekistán, y afirmó que él dijo que había sido reclutado por los servicios especiales ucranianos.
Kirillov, de 54 años, era el jefe de las Fuerzas de Protección Radiológica, Biológica y Química de Rusia. Estas tropas especiales están encargadas de proteger al ejército del uso enemigo de armas nucleares, químicas o biológicas y asegurar operaciones en un ambiente contaminado.
El presidente ruso Vladímir Putin describió el asesinato de Kirillov como un “grave error” por parte de las agencias de seguridad de Rusia, señalando que deberían aprender de ello y mejorar su eficiencia.
