¿Sostenibilidad en el ADN de Las Terrenas?

Por Juan Llado

Habiendo alcanzado la madurez de su industria turística, el país está ahora retado a adoptar una estrategia de desarrollo turístico enfocada en el mejoramiento progresivo de su “producto turístico”. Eso incluye no solo el rescate y remozamiento de playas emblemáticas, sino también la consolidación de los municipios turísticos. Por ejemplo, urge atender el pandemonio urbano de Bávaro-Punta Cana, pero de igual prioridad también clasifica Las Terrenas. Samaná no podrá proyectar su idílica imagen sin que se atiendan bien las deficiencias de ese municipio.

De un apartado villorrio fundado por Trujillo en 1946, Las Terrenas ha pasado a ser un colorido y bullicioso redil de extranjeros y dominicanos. Su Ayuntamiento describe en su portal el origen de lo que hoy es un impresionante desarrollo turístico y urbano. “En el 1975 llega a Las Terrenas Juan el francés que significa para Las Terrenas el cambio de vida de la comunidad, la cual era un pueblo de pescadores, agricultores, apicultores, con casuchas, sin agua, sin energía eléctrica, con apenas caminos vecinales y sin comunicación telefónica. Es Juan el francés con su atrevimiento de iniciar el hotel Tropic Banana, quien marca el paso para un pueblo modernizado”. El embrujo tropical de su entorno y las 4 cabañas del hotel atrajo a unos forasteros nacionales que lo convirtieron en un refugio bohemio, evolucionando luego a un imán turístico para extranjeros aventureros.

Hoy Las Terrenas es el municipio más cosmopolita del país. Desde hace décadas se ha asentado allí un sinnúmero de franceses, italianos, canadienses, españoles, alemanes y otros europeos para crear una comunidad de un encanto singular. Con la expansión de las carreteras que la conectan con el Aeropuerto El Catey y con Sánchez, los proyectos turísticos se han multiplicado y el enjambre de pequeños hoteles y hostales es el más grande del país. Las colinas aledañas, del trayecto que comunica al aeropuerto con el municipio se han llenado de orondas residencias y el auge inmobiliario ha prendido hondo. International Living, un portal para retirados, recomienda Las Terrenas como uno de los lugares más atractivos del mundo con un asequible costo de la vida.

Sin embargo, recientemente la prensa se hizo eco del desorden urbano que están protagonizando unos cuantos proyectos inmobiliarios de ese subyugante enclave. No solo se denuncia que se ha ignorado la normativa establecida por el existente Plan Municipal de Ordenamiento Territorial 2016-2028, sino que también se han emprendido sin los debidos permisos. Los denunciantes “expresaron su genuina preocupación ante la promoción masiva de esos nuevos proyectos, cuya construcción podría producir el colapso de las infraestructuras que sustentan actualmente la ciudad y municipio de Las Terrenas”. Una rápida lectura al Diagnóstico Urbano de Las Terrenas así lo confirma.

Esas denuncias amparan una comedida alarma sobre el futuro del municipio, pero algunos observadores han “pegado el grito al cielo” visualizando un futuro de “entropía social”. José Bourget, un destacado sociólogo (PhD) que tiene décadas de residente, plantea el problema como un desafío identitario. “Es posible que ahora, más que nunca antes, le haya llegado la hora a Las Terrenas de clara y definitivamente decidir entre los posibles futuros: 1) seguir creciendo de tal forma que unos pocos se enriquezcan, pero que el pueblo se quede sin suficiencia de agua, sin acceso al tránsito satisfactorio, sin seguridad adecuada, sin espacios peatonales, sin aire limpio, con excesos de ruido, sin espacios urbanos de distracción, con altas demandas habitacionales, con exceso de vehículos y motores, etc., o, 2) para el crecimiento incontrolado, reducirlo, quizás hasta decrecer, para que la mayoría de la gente pueda tener mejor calidad de vida, con más espacios escolares, mejor tránsito, menos ruido, más agua, más seguridad, más espacios peatonales, mayor tranquilidad, más comida, etc.”

Esa visión de Bourget, un tanto apocalíptica, embarga de nostalgia a los que conocimos Las Terrenas en su etapa cerril. También embriaga los sentidos y lleva a cuestionar la sostenibilidad del desarrollo de tan apreciado destino turístico. Según la Organización Mundial de Turismo (OMT), el turismo sostenible es aquel “que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”. En el caso de Las Terrenas habría entonces que armonizar su Plan Municipal con las nuevas estrategias de desarrollo urbano sostenible que también sea bajo en carbono. Además, ahí están el Plan para el Desarrollo Económico Local de la Provincia Samaná (2016) y el Plan de Ordenamiento Territorial Turístico de Samaná para proveer contexto.

Determinar esos lineamientos no luce una tarea tan difícil en vista de los antecedentes existentes. Lo que aparenta ser difícil, dado las denuncias anteriormente citadas, es la rigurosa aplicación de las normativas existentes. Siendo un municipio creado en el 1996, el cual tiene 112 km2 de superficie y una población de unos 20,000 habitantes, la desidia de las autoridades municipales parecería ser responsable de la anomia urbana actual. Las competencias del Ayuntamiento las estipula el Articulo 19 de la Ley No.176-07 y esta manda que cada uno tenga 1) un Consejo Económico y Social (Art.123), 2) una Oficina de Planeamiento Urbano (Art.126) y una Unidad de Gestión Ambiental (Art.127). Habría entonces que preguntar cuáles son los motivos por los cuales la gestión municipal es –a juzgar por las anteriores denuncias– fallida.

Para que las autoridades municipales vigoricen su gestión podría tal vez recurrirse a las elecciones municipales. Pero la experiencia con otros municipios del país sugiere que la situación desordenada de Las Terrenas no se arregla solo con gestores municipales más eficientes. Es seguro que a ellas le faltan recursos y que los munícipes, organizados o no, tampoco colaboran de manera diligente con la gestión municipal. De ahí que a todas luces se requiere de una fuerte intervención del MITUR para reforzar las herramientas y recursos de la gestión municipal. Acudir en su ayuda seria parte de la estrategia de reforzamiento del producto turístico de nuestro destino.

Las Terrenas es un buen ejemplo de que la gestión del MITUR debe dejarse sentir en los “municipios turísticos”, así como se está dejando sentir con el remozamiento de ciertos enclaves playeros (Macao, Cabarete, Palenque). Se admite que ordenar y remozar playas es una tarea más fácil que asegurar una cabal gestión municipal. Por eso las autoridades que buscan conquistar simpatías electorales se inclinarán por lo primero y se comportarán negligentes respecto a lo segundo.

Ahí hay un embrollo en la misión institucional que tiene que cambiar. De lo contrario no estaremos consolidando nuestro producto turístico y, al no ser sostenibles nuestro municipios turísticos, perderemos competitividad en el mercado turístico internacional.

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