Suben a 39 los fallecidos a consecuencia del paso del huracán Otis en el sur de México
ACAPULCO, México, 28 oct. — A 39 subió la cifra de fallecidos a consecuencia del paso del huracán Otis por el estado sureño de Guerrero, anunciaron el sábado las autoridades mexicanas.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana dijo en un comunicado que el registro de muertos se elevó a 39, de los cuales 29 eran hombres y 10 mujeres.
Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, indicó que la probable causa de la muerte de las 39 personas es “asfixia por sumersión”, aunque admitió que aún se continúan las investigaciones y precisó que las víctimas no han podido ser identificadas.
Rodríguez informó en una llamada telefónica con el presidente Andrés Manuel López Obrador que se difundió en un video en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, que hay diez casos de personas desaparecidas que las están buscando sus familiares. “Continúan las indagaciones para dar con el paradero de estas personas”, agregó.
En un primer informe, las autoridades habían reportado 27 muertos por el paso de Otis, que golpeó el miércoles las costas de Pacífico mexicano, ocasionando una gran devastación en la ciudad turística de Acapulco.
Desde su oficina en el palacio presidencial, López Obrador salió en defensa de las acciones que ha ejecutado su gobierno para hacer frente a la devastación que dejó Otis, y aseguró que los apoyos a la población se están dando de “manera organizada” para evitar que no “haya robo” y “ninguna excusa ni ningún pretexto de estos buitres (en alusión a sus adversarios)”.
El mandatario anunció que se acordó el reforzamiento de la presencia militar con 15.000 uniformados para hacer frente a los casos de robos y evitar el caos en Acapulco.
Al presentar un balance de los daños generados por el paso de Otis, la Coordinación Nacional de Protección Civil informó el sábado que habían más de 220.000 viviendas afectadas, 80% de la infraestructura hotelera con daños, dos hospitales afectados y que el sector eléctrico tenía fuera de servicio 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones, una centra de generación y 10.000 potes de luz caídos.
Hasta la fecha las autoridades sólo han logrado restablecer el servicio eléctrico al 55% de los hogares de Guerrero tras la instalación 15 de las 35 torres de electricidad que se cayeron. Aún permanecen sin suministro eléctrico unos 200.000 hogares.
A cuatro días del paso del devastador huracán en las calles de Acapulco avanzaban los trabajos de limpieza y recolección de escombros y árboles, mientras en las estaciones de gasolina se formaban largas filas y algunos pobladores afortunados encontraban alimentos básicos a medida que las operaciones de ayuda tomaban forma.
Tras la apertura el viernes de un puente aéreo en Acapulco y la incorporación de miles de militares, empleados públicos y voluntarios, comenzó a fluir la ayuda humanitaria que se había demorado varios días en llegar. El progresivo restablecimiento de las operaciones aéreas permitió la evacuación en las últimas 24 horas de más de 300 turistas que estaban varados en la ciudad.
Sobre las acciones de ayuda a la población, el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, señaló el sábado que fueron entregadas 8.170 despensas y 16.080 litros de agua a las comunidades más afectadas, y que se esperaba el arribo de 20.000 despensas adicionales.
La destrucción causada por la tormenta de categoría 5 dejó aislada a la ciudad de casi un millón de habitantes durante el primer día, y no fue sino hasta los días posteriores cuando se restableció el tránsito hacia la localidad gracias a la recuperación de la principal autopista que quedó bloqueada por varios deslaves.
Poco a poco los habitantes de Acapulco trataban el sábado de recuperar su rutina de vida. Orlando Mendoza, un poblador de 46 años, caminaba por una carretera empapado en sudor con dos bolsas en las que llevaba atún, sardinas, agua, pasta y sopa. El hombre venía de buscar comida para su mujer y tres hijos pequeños.
“Aunque sea poco, es algo”, comentó Mendoza, mientras proseguía su camino hacia el centro de la ciudad.
Un grupo de voluntarios del estado central de Puebla, que había reunido algo de dinero para ayudar a los habitantes de la ciudad, repartía bolsas de comida a familias como las de Mendoza aglomeradas a un lado de la carretera.
Abel Montoya, de 67 años, llevaba hora y media esperando en una fila para llenar un envase de gasolina junto a cientos de personas. Los soldados estaban supervisando la distribución del combustible presumiblemente para evitar situaciones de saqueos como las ocurridas en numerosas tiendas de la ciudad en los últimos días.
Por toda la ciudad se podía ver a gente empujando carros de la compra llenos de productos. Había artículos de gran tamaño amarrados a los techos de los autos. Un hombre en una motocicleta tiraba de un trineo improvisado cargado de lo que parecía ser ropa de cama por una calle llena de lodo.
No había gasolina, no porque no hubiese combustible, sino porque no había electricidad para hacer funcionar los surtidores. El viernes, cientos de personas se agolpaban en el exterior de un supermercado en un vecindario obrero de la costa donde unos hombres rompieron una de las bombas y estaban llenando las botellas de plástico vacías que llevaba la gente.
La mayoría de las familias buscaban agua de forma ansiosa y algunas dijeron que estaban racionando su suministro. El suministro municipal estaba paralizado porque el sistema de bombeo no tenía electricidad.
A lo largo del paseo marítimo de la turística ciudad, los grandes almacenes y las tiendas de comestibles quedaron arrasadas, primero por el huracán y luego por los residentes. Y si la ayuda del gobierno, en forma de préstamos, no se materializa pronto, muchos negocios tendrán que cerrar.
Al respecto, López Obrador dijo el sábado que el gobierno estaba avanzando en el diseño de los planes para apoyar financieramente al sector hotelero y comercial, e indicó que las empresas de seguros se comprometieron a entregar sin trámites 40% de los montos de los seguros para ayudar a las empresas afectadas por el huracán.
AP