Un nuevo fondo fiduciario para ayudar a los países a mejorar la resiliencia y la sostenibilidad

Por Ceyla Pazarbasioglu y Uma Ramakrishnan

de enero de 2022

Un nuevo fondo fiduciario de USD 50.000 millones podría ayudar a países de ingreso bajo y a países de ingreso mediano vulnerables a desarrollar mayor resiliencia a los shocks de la balanza de pagos y garantizar una recuperación sostenible.

Aun cuando los países continúan batallando con la COVID-19, resulta fundamental no pasar por alto el desafío a más largo plazo de transformar las economías para que desarrollen mayor resiliencia a los shocks y logren un crecimiento sostenible e incluyente. La pandemia nos ha enseñado que no abordar estos desafíos a largo plazo en el momento oportuno puede tener consecuencias económicas significativas, incluida la posibilidad de problemas con la balanza de pagos. El cambio climático es otro reto a largo plazo que amenaza la estabilidad macroeconómica y el crecimiento en muchos países a raíz de catástrofes naturales y perturbaciones que repercuten, entre otros, en las industrias, los mercados laborales y los flujos comerciales.

Estos constituyen desafíos para las políticas públicas globales y en este sentido cada país y la comunidad internacional comparten la responsabilidad de actuar a tiempo. En un blog anterior, explicamos que el FMI está analizando opciones para canalizar parte de los DEG por $650.000 millones emitidos en agosto de 2021, desde países con una posición financiera externa sólida hacia países vulnerables utilizando un Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad, o FFRS. Su objetivo primordial consiste en brindar financiamiento a largo plazo asequible para que los países puedan hacer frente a retos estructurales.

La elaboración del FFRS continúa su marcha y, tal como las contemplamos en este momento, las principales características de este instrumento —que presentamos con un poco más de detalle a continuación— pretenden equilibrar las necesidades de los países que podrían aportar y los países que podrían emplearlo. Con un amplio apoyo de los países miembros y de los socios internacionales, esperamos que el Directorio Ejecutivo del FMI pueda aprobar el Fondo Fiduciario antes de las próximas Reuniones de Primavera, de modo que esté en pleno funcionamiento para fin de año.

Principales características de diseño

Acceso

Unas tres cuartas partes de los países miembros del FMI podrían reunir las condiciones para acceder al financiamiento del FFRS. Entre ellos se incluyen todos los países de bajo ingreso, todos los Estados pequeños vulnerables y en desarrollo y todos los países de ingreso mediano, con un INB per cápita inferior a diez veces el  límite operativo 2020 de la AIF, o alrededor de $12.000.

Reformas para acceder a los fondos

El apoyo del FFRS tiene por objetivo resolver las dificultades estructurales críticas a más largo plazo en el ámbito macroeconómico que conllevan significativos riesgos para la resiliencia y la sostenibilidad de los países miembros; entre ellas, el cambio climático, la preparación para una pandemia y la digitalización. Sin embargo, no todos los desafíos estructurales a largo plazo son aptos para recibir financiamiento del FMI. La posibilidad de promover reformas en un área en particular depende de varios factores: la disponibilidad y el acceso a un diagnóstico sólido, la capacidad de identificar las prioridades en materia de políticas y la formulación de objetivos de reforma adecuados. La implicación del país y el férreo compromiso de las autoridades de realizar las reformas necesarias será fundamental para movilizar los recursos financieros tan necesarios de bancos multilaterales de desarrollo y del sector privado. Asimismo, es fundamental trabajar en estrecha coordinación con otras instituciones importantes para aprovechar la experiencia y los conocimientos. El personal técnico del FMI y del Banco Mundial han trabajado estrechamente para desarrollar un marco de coordinación para las operaciones del FFRS en materia de riesgos climáticos, a partir de experiencias previas de apoyo a países con reformas estructurales. En los próximos meses, se desarrollarán marcos similares con instituciones pertinentes en esta y otras áreas de reforma.

Requisitos

Para acceder al apoyo del FFRS, un país necesitaría un paquete de medidas de alta calidad congruentes con el objetivo del FFRS, un programa concurrente —con o sin financiamiento— apoyado por el FMI con políticas macroeconómicas adecuadas para mitigar los riesgos para prestatarios y acreedores, así como una deuda sostenible y capacidad adecuada de pago.

Condiciones de financiamiento

Al igual que el fondo fiduciario sumamente concesionario del FMI con tasas de interés que hoy son cero para países de bajo ingreso (FFCLP), el FFRS se constituiría en virtud de las facultades del FMI para administrar los recursos de miembros contribuyentes, lo cual ofrece condiciones más flexibles, particularmente en cuanto a los plazos de pago, que las que rigen los recursos generales del FMI. Habida cuenta de la naturaleza a más largo plazo que caracteriza a los riesgos para la balanza de pago a los cuales apunta el FFRS, sus préstamos tendrían plazos de vencimiento mucho más largos que el financiamiento tradicional del FMI. En concreto, el personal técnico ha propuesto un vencimiento a 20 años y un período de gracia de 10 años. Se establecería una estructura escalonada de tasas de interés, la cual diferenciaría las condiciones de financiamiento por grupos de países, con un alto grado de concesionalidad para los miembros de menores ingresos.

Acceso al financiamiento

El acceso al financiamiento del FFRS se determinaría para cada caso en particular, teniendo en cuenta la solidez de las reformas y la sostenibilidad de la deuda, y se prevé un tope de 150 % de la cuota del FMI o DEG 1.000 millones, el importe que sea menor. Los préstamos del FFRS serían parte de una estrategia más amplia de financiamiento que adoptarían los miembros para abordar los riesgos de balanza de pagos a más largo plazo, la cual incluiría una combinación de financiamiento multilateral, oficial bilateral y privado.

Arquitectura financiera

Al igual que el FFCLP, los recursos del FFRS se movilizarían voluntariamente de miembros que desean canalizar sus DEG o divisas en beneficio de países más pobres o vulnerables. La arquitectura financiera del FFRS está concebida para garantizar que puedan movilizarse abundantes recursos para préstamos de bajo costo y con largos vencimientos, velando al mismo tiempo por la seguridad y liquidez de los acreencias de los países contribuyentes al Fondo Fiduciario en función de un marco de gestión del riesgo de múltiples niveles, en virtud del cual los DEG utilizados para financiamiento mantienen su carácter de activo de reserva. Para atender la demanda proyectada, el FFRS inicialmente tendría que movilizar recursos totales por alrededor de $50.000 millones. Un mercado de negociación de DEG con un buen funcionamiento sería el cimiento para una operatoria eficaz del FFRS.

La colaboración es esencial para lograr resultados

Para mitigar los riesgos económicos que plantean los problemas estructurales a largo plazo se requiere un enfoque coherente y deliberado, con un fuerte compromiso asumido por los responsables de políticas de llevar cabo reformas en ocasiones difíciles. Y cuando dicho compromiso es evidente, la comunidad internacional puede ayudar aportando financiamiento asequible, fortalecimiento de las capacidades y asesoramiento en materia de políticas. El FFRS contribuirá a dicha iniciativa de colaboración. Aprovecharemos nuestra experiencia de colaboración con el Banco Mundial y otras instituciones internacionales y bancos de desarrollo regionales, complementando sus préstamos para ofrecer a los países miembros un respaldo óptimo.

El éxito del nuevo fondo fiduciario dependerá, por igual, de que los miembros del FMI con economías más fuertes proporcionen recursos significativos para ayudar a los países a mejorar la resiliencia y sostenibilidad a largo plazo, que los prestatarios estén dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para alcanzar el entorno macroeconómico y el marco de reformas que permitan mejorar la estabilidad de la balanza de pagos y que otras instituciones financieras internacionales contribuyan su experiencia, sus conocimientos y financiamiento, cuando sea viable. Estas acciones también ayudarían a movilizar la inversión del sector privado.

En vista del amplio espectro de desafíos estructurales a largo plazo que requieren una acción internacional, hoy más que nunca es importante apoyar a todos los países a afrontar estos desafíos sin tardanza y lograr un crecimiento sostenible. El FFRS podría ayudar a alcanzar este cometido.

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Ceyla Pazarbasioglu es Directora del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI. Desde ese cargo dirige la labor del FMI relacionada con la dirección estratégica y el diseño, implementación y evaluación de las políticas de la institución. También supervisa las interacciones del FMI con otros organismos internacionales, como el G-20 y las Naciones Unidas.

Uma Ramakrishnan es actualmente Subdirectora del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI. Dirige la labor del departamento sobre la política de préstamos no concesionarios. Desde su incorporación al FMI en 1998, ha trabajado en distintos países de Asia y el Pacífico, el Hemisferio Occidental y Oriente Medio, también como jefa de las misiones en Jamaica y Egipto. Además, ha trabajado de forma extensa en las políticas de concesión de préstamos del FMI y tiene una amplia experiencia en la labor en situaciones de crisis de la institución.

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