Viruela del mono

Viruela del mono. En 1980 la Organización Mundial de la Salud decretó el fin de la Viruela por lo que fue removida la vacuna y todos celebramos este triunfo de la prevención sanitaria global. Así como se acepta el origen del Homo sapiens en el continente negro, también se admite el origen del brote humano de la viruela símica causada por otro virus de la familia Orthopoxvirus, transmitido por roedores que habitan las zonas tropicales africanas. El nombre de viruela símica se le asignó en 1959 porque el microorganismo viral se identificó en dos brotes de infección en monos macacos. El primer caso humano se registró en 1970.

En el año 2003 hubo un brote epidémico en los Estados Unidos que fue achacado al contacto con perros alojados con ratas de Gambia y lirones africanos traídos de Ghana. En mayo de 2022 se reportaron múltiples casos en Europa de personas que viajaron desde el África.

Las manifestaciones clínicas tempranas se caracterizan por fiebre, malestar general, dolor de cabeza y ganglios aumentados de volumen. Tres días más tarde aparece una erupción en la piel del cutis, brazos, manos y pies. Dichas manchas se transforman en ampollas y estas a su vez se llenan de pus. Al final solo quedan cicatrices. Aunque es muy parecida a la viruela clásica, resulta ser mucho menos agresiva con una mortalidad menor al 10%, mayormente en niños. El quebranto tiene una duración de dos a cuatro semanas.

Hay que diferenciar esta dolencia de otras más comunes tales como sarna, varicela, sífilis y las alergias medicamentosas. En tales situaciones se toman muestras de las lesiones sospechosas y se envían a un laboratorio clínico certificado para realizar pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, comúnmente abreviada con las siglas PCR.

Acerca de las medidas preventivas recomendadas por los expertos de la Organización Mundial de la Salud copio íntegro el párrafo siguiente: “Concienciar sobre los factores de riesgo y educar a las personas sobre las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición al virus es la principal estrategia de prevención de la viruela símica. Algunos países tienen o están formulando políticas para ofrecer vacunas a las personas que pueden estar en situación de riesgo, como el personal de laboratorio, los equipos de respuesta rápida y los trabajadores de la salud. La vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos. Durante los brotes de viruela símica, el contacto estrecho con otras personas infectadas constituye el factor de riesgo de infección más importante. El riesgo de infección es mayor para los trabajadores de la salud y los miembros del hogar. Los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con infección presunta o confirmada por el virus de la viruela símica, o que manipulan muestras de estos pacientes deben adoptar las precauciones habituales de control de infecciones. Si es posible, se debe seleccionar a personas previamente vacunadas contra la viruela para que atiendan al paciente”.

En República Dominicana contamos con once millones de Homo sapiens, en su mayoría sin vacuna contra la viruela. ¡Alerta temprana es la clave!

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