Detenidos los primeros acusados de sedición por el asalto al Capitolio de EE.UU.

Washington, 13 ene (EFE).- Un año y una semana después de que se produjera el asalto al Capitolio de Estados Unidos, fueron detenidos este jueves los primeros imputados por conspirar para la sedición en este caso, un delito que según el código penal estadounidense conlleva condenas de hasta veinte años de prisión.

Entre los detenidos está Stewart Rhodes, el líder y fundador de una de las principales organizaciones de ultraderecha del país, Oath Keepers (los Guardianes del Juramento).

En un comunicado, el Departamento de Justicia de EE.UU. anunció el arresto de Rhodes, de 56 años, en la localidad texana de Little Elm en la mañana del jueves y de otras diez personas en distintos puntos del país.

Hasta estas detenciones había 725 personas imputadas por el asalto a la sede del Congreso de EE.UU., según los datos aportados hace dos días por el Departamento de Justicia.

El 6 de enero de 2021 una turba de seguidores del expresidente Donald Trump (2017-2021) irrumpió en el Capitolio cuando se celebraba una sesión conjunta de las cámaras para ratificar la victoria del demócrata y ahora mandatario, Joe Biden, en los comicios de noviembre anterior.

Poco antes, Trump pronunció un discurso incendiario desde la Casa Blanca, donde animó a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio en medio de sus acusaciones infundadas de que los demócratas cometieron un fraude electoral en esa votación.

Esta es la primera vez que se acusa formalmente a Rhodes ante la Justicia por los sucesos del 6 de enero y es también la primera vez que se imputa a supuestos implicados en el asalto -que se cobró la vida de cinco personas- por el cargo de conspiración para la sedición.

El profesor de Derecho de la Universidad de Nueva York Stephen Gillers subrayó a Efe que el cargo de conspiración para la sedición es «el más serio» de todos los que se han imputado hasta la fecha, e implica que los detenidos son acusados de haber planeado «librar una guerra» contra el Gobierno y «derrocarlo».

No importa ya si esas personas entraron o no en el Capitolio -Rhodes siempre ha dicho que no lo hizo-, porque se les acusa de haber planeado aquel ataque, añadió.

La acusación de hoy demuestra, en opinión de Gillers, que la investigación que se está llevando a cabo es «mucho más detallada» de lo que cabría esperar hasta ahora y hace pensar que muchos de los detenidos anteriormente han colaborado con la Justicia para ayudar a esclarecer los hechos y al mismo tiempo recibir condenas menores.

El experto cree que algunos de los acusados este jueves se prestarán también a colaborar para evitar pasar veinte años en una prisión federal. Incluso, apuntó a Efe, les puede animar a proveer información que implique a miembros de la Administración de Trump.

Según el comunicado de Justicia, Rhodes y el resto de detenidos este jueves conspiraron tras las elecciones presidenciales de EE.UU. del 3 de noviembre de 2020, que ganó Biden, para «oponerse por la fuerza a la ejecución de las leyes que rigen la transferencia de poder presidencial».

Así, de acuerdo con la acusación, desde finales de diciembre de 2020 los imputados se coordinaron entre ellos mediante comunicaciones encriptadas por medio de aplicaciones privadas y planearon su viaje a la capital, Washington, para el día en que se iban a ratificar los resultados electorales -el 6 de enero-.

Rhodes y sus compinches hicieron planes para llevar armas a la zona con las que apoyar la operación.

Los Oath Keepers son una organización «poco estructurada» en palabras del Departamento de Justicia, vinculada a las milicias ciudadanas y que, aunque acepta a cualquiera como miembro, centra sus tareas de reclutamiento en exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.

Hasta la fecha, la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito de Columbia ha presentado cargos contra más de 700 personas, residentes a lo largo y ancho de EE.UU., por delitos que van desde atacar físicamente a policías hasta impedir el ejercicio de sus funciones, pasando por destruir propiedad del Gobierno y entrar en un edificio de acceso restringido.

La mayor condena emitida hasta la fecha -dada a conocer el pasado 17 de diciembre- recayó sobre un hombre que atacó a agentes de policía con un extintor y que fue sentenciado a cinco años y tres meses de prisión.

Las detenciones se producen un mes después de que el fiscal general del Distrito de Columbia, Karl Racine, anunciara una demanda contra Oath Keepers y otro grupo ultraderechista, Proud Boys, por el asalto al Capitolio, en el que cinco personas murieron y cerca de 140 agentes fueron agredidos.

Con dicha demanda el fiscal consideraba a estas organizaciones responsables de los hechos, que llegó a comparar con los ataques del 11 de septiembre de 2001. «Pero esta vez -lamentó entonces Racine-, nuestros propios ciudadanos estaban empeñados en destruir las libertades y los ideales sobre los que se fundó nuestro país».

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