La capilla ardiente del director Carlos Saura abre al sonido de los tambores

Madrid, 13 feb (EFE).- La capilla ardiente del director Carlos Saura abrió este lunes en la Academia de Cine en Madrid presidida por una fotografía suya, el Goya de Honor que recibió -el Óscar del cine español- y al son de los tambores de la localidad española de Calanda, que aparecieron en su película «Pippermint Frappé».

Pasado el mediodía hora local, en el escenario que acoge la capilla ardiente, donde ya se encuentran la viuda e hijos del cineasta español, sonaron los tambores de Calanda, municipio español en el que nació el también director Luis Buñuel (1900-1983) y que Saura utilizó cuando rodó escenas de esa película con la actriz Geraldine Chaplin.

Diez tamborileros asistieron a la apertura del velatorio, al que antes ya habían llegado familiares de Carlos Saura, ante numerosos medios de comunicación y un dispositivo de seguridad, y al que está prevista la asistencia del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Además de la fotografía de Saura, puede verse un montaje con imágenes de sus películas, una silla de director con una flor roja, un sombrero que utilizaba y unas gafas, y una cámara de fotos que hizo él mismo.

También una serie de obras artísticas que el cineasta bautizó como «Fotosaurios», realizadas con una técnica de dibujo y pintura sobre ampliaciones fotográficas, con las que hizo varias exposiciones.

Durante esta jornada, numerosos familiares, amigos y compañeros de profesión rendirán un último homenaje a uno de los más grandes cineastas españoles de la historia.

El director de títulos tan emblemáticos del cine español como «Cría cuervos», «La caza» o «Flamenco» falleció el pasado viernes a los 91 años, en vísperas de recibir el Goya de Honor de la Academia de Cine el sábado en la ciudad española de Sevilla.

El galardón lo recogieron en su nombre su viuda, la actriz Eulalia Ramón, y dos de sus siete hijos, Antonio y Anna, en la apertura de una gala que se volcó emocionalmente con el director y en la que la actual generación de cineastas reivindicó su influencia y su legado.

Fotógrafo, dibujante y escritor, además de cineasta, polifacético, inquieto e hiperactivo hasta los últimos momentos de su vida, Saura estrenó hace una semana en cines el documental «Las paredes hablan», en el que propone un viaje desde el arte rupestre hasta el grafiti contemporáneo y rastrea el origen de la pulsión artística.

Además, el próximo miércoles se estrena en el Teatro Infanta Isabel de Madrid el espectáculo «Lorca por Saura», su última creación.

Durante su trayectoria consiguió reconocimientos internacionales como el Oso de Plata al mejor director en el Festival Internacional de Cine de Berlín por «La caza» y «Pippermint Frappé» o el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes (Francia) por «La prima Angélica».

También obtuvo el Goya a mejor dirección y mejor guion adaptado por «¡Ay, Carmela!» y la Medalla de Oro de la Academia de Cine en 1992.

El Gobierno español le concederá este martes la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio por «su indiscutible contribución a la cultura y el arte españoles» y por ser «uno de los grandes artistas esenciales de la historia de España».

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