La preocupante invasión pacífica

Santos Aquino Rubio

Cada día la entrada de haitianos indocumentados al país es mayor y aunque las autoridades aseguran que la frontera está bajo control, la presencia de los vecinos dice otra cosa.
No sabemos lo que está pasando, pero es necesario arreciar las medidas y tomar controles, porque los inspectores de Migración ni los agentes asignados para los operativos, están cumpliendo con el sagrado deber de proteger los intereses de la patria. La preocupación es realmente grande y la gente comenta la situación reflejando su impotencia para recibir protección como dominicanos.

Ya los haitianos están en todo lado, asumiendo el control de los puntos clave a la hora de materializar su propósito de ocupar el país y, sinceramente, no veo el empeño real de los funcionarios asignados, por resolver el problema. Y como dice el viejo refranero “el golpe avisa”.

El alcalde de Dajabón y otras personas preocupadas, residentes en la frontera, han expresado su temor ante el problema y ellos viven de cerca la realidad que de a poco, pero con pasos firmes, nos arropa, pero en las ciudades y para las personas que se benefician de la situación nada está pasando.

Desde el 9 de febrero de 1822, los dominicanos hemos atravesado por momentos difíciles con los haitianos y el temor aumenta cada vez, porque para nadie es secreto que los vecinos quieren este territorio y que parte de la comunidad internacional tiene esto en su agenda.

Necesitamos ver una acción real de los vigilantes de la frontera y de los oficiales de Migración, porque aunque sabemos que este tráfico, generalmente irregular, deja beneficios, al final de la jornada el país sale perdiendo.

Estamos a tiempo, ya no sabemos cómo decirlo para que se entienda, pero si no prestamos atención directa al problema, muy pronto dejaremos de tener país. Hay que dar la cara y ponerle el frente a la migración haitiana.

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